

Hace unas semanas os avisaba del peligro que corría tu encía si sangraba ya que no es normal y se podría tratar de una enfermedad como la gingivitis o la periodontitis. Pues ahora os voy a dar unos consejos para tratarlas y cuidarlas correctamente, ¿vamos allá?
En primer lugar: El mantenimiento diario, es VITAL. Cepillarse 3 veces al día debería ser más que una rutina, un ritual. Un buen cepillo (lo ideal es que sea de dureza media salvo que tengas algún problema y te recomendemos otro) , una pasta de dientes especialmente pensada para el cuidado de las encías y el indispensable HILO DENTAL son buenos aliados a la hora del cuidado de la encía. El colutorio o enjuague bucal no es necesario como rutina, en cambio, en ciertos momentos sí que ayuda y mucho (te lo explicaremos más detalladamente en otro post).
Con estos tres elementos ya estarás haciendo un muy buen trabajo para su cuidado, así que ¡adelante!
Por otra parte los malos hábitos pueden dañar muy mucho nuestra encía. ¿A qué me refiero con malos hábitos? Pues por ejemplo, al tabaco, que hace, entre otras cosas, que produzcamos menos saliva y reduzca nuestra capacidad de combatir contra las bacterias. También enmascara la inflamación de las encías el cual es un síntoma de alarma , si te sangra la encía algo no va bien y debes visitarnos para que lo solucionemos. Otro mal hábito es la alimentación poco saludable. Hay que comer absolutamente de todo, reduciendo los azúcares y aumentando la ingesta de vitaminas, (sobre todo C).
Por último pero no menos importante está la visita al dentista de forma periódica. Una manera de que controlen la evolución de tu encía y hagan lo posible para que no ocurran desgracias con ella. Las limpiezas dentales son fundamentales para eliminar la placa y el sarro acumulado con el paso de los días.
Concienciar a la gente de que la boca se debe cuidar sobre todo en el día a día es muy importante para prevenir enfermedades que se pueden volver muy serias. Recuerda, ir al dentista mola.