

“Mamá, se me mueve un diente”, una frase que la primera vez que la oyes de tus hijos te hace ilusión porque implica un cambio en su vida pero a la vez es el primer paso para dejar atrás la infancia. Como madre todavía no he vivido este momento pero vamos, supongo que será un momento agridulce. ¡Pero no te angusties, todavía queda mucho para que dejen de ser tus pequeños!
Para ellos es un momento fantástico porque implica que el ratoncito Pérez vendrá, pero también puede que tengan miedo al dolor que implicará que se le caiga el diente. Sobre todo tranquilízalo y dile que no va a sentir un dolor muy intenso, incluso que seguramente ni lo notará.
Para que sepas a qué atenerte, un niño tiene 20 diente de leche y típicamente se caerán primero los que primero aparecieron, habitualmente sobre los 6 años, pero que sepas que pueden iniciarse algo antes o mucho después, como a los 7, si ves que se le caen mucho tiempo antes, tipo los 4 años, consulta con un odontólogo para descartar cualquier pequeño problema. Si ves que es más allá de los 7 y tu hijo no ha perdido ningún diente, también sería recomendable consultar con un dentista. Luego el orden de caída suele ser similar al orden en el que brotaron.
Es importante recordarle a tu hijo que no debe arrancar el diente ya que puede generar una herida en la raíz y tener más propensión a una infección. Si ves que el diente está flojo durante muchos días, también es más recomendable que lo extraiga un dentista que hacerlo en casa.
Ps. La fotografía es de las puertecitas de ratoncito Pérez de Oui Oui
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