Si tenemos que hablar de una zona de la boca que sea vital en todo lo relacionado con la salud bucal, esta no es otra que las encías. De hecho, podemos decir sin temor a equivocarnos, que las encías son, junto con la lengua, las grandes olvidadas. Diferencias entre una periodontitis y una gingivitis.
Hasta tal punto están desatendidas que, actualmente, dos de las patologías que más veces se dan, tienen que ver precisamente con las encías y no son otras que la periodontitis y la gingivitis.
¿En qué se diferencian la periodontitis y la gingivitis?
Cuando hablamos de la gingivitis, estamos hablando de una inflamación que unicamente afecta a las encías. La causa de esta dolencia radica en lo que se denomina como placa bacteriana.
Esto, en realidad no es otra cosa que el conjunto de comunidades de bacterias que habitan en el interior de la boca. En cuanto el entorno del dentista se refiere, hay que decir que este problema es fácilmente identificable gracias a los síntomas tan claros que tiene.
- Inflamación notable de las encías, la cual, es visible incluso a simple vista por el propio paciente.
- Enrojecimiento pronunciado de las mismas sobre todo por la parte inferior de estas.
- Al contacto con el cepillo de dientes, o al contacto con algunos alimentos, se puede producir un sangrado que puede ser incluso moderado.
La principal diferencia que podemos encontrar entre la periodontitis y la gingivitis, tiene que ver con el daño que se produce en las encías. Y es que, mientras que en la gingivitis hablábamos de un daño superficial en las encías, en el caso de la periodontitis, estamos hablando de algo más serio. No en vano, en este segundo caso tenemos que hacer referencia a un daño no solo en las encías sino también a todos los tejidos adyacentes que sostienen la pieza como el hueso alveolar así como el ligamento periodontal.
Los síntomas de la periodontitis son muy similares a los que se dan en la gingivitis. Sin embargo, las causas son distintas. En este caso estamos hablando que esta dolencia se produce cuando los restos llegan a las zonas que están debajo de las encías. Esto hace que se active el sistema inmune y que las toxinas protectoras de nuestro organismo sean las que dañen nuestros propios tejidos así como las estructuras óseas mencionadas.
Una vez que la infección se ha extendido lo suficiente, y a diferencia de la gingivitis, el paciente puede comenzar a perder piezas dentales lo que supone, como no podía ser de otro modo, un serio trastorno.
La importancia de las medidas preventivas
Antes de terminar hay que decir, volviendo al inicio de estas líneas, que mantener la salud de las encías no es tan complicado como se pueda uno llegar a imaginar. Basta con un cepillarse tres veces al día durante un mínimo de dos minutos, usar hilo dental o cepillos interproximales una vez al día y acudir a tu dentista a las revisiones anuales . De este modo, se podrán prevenir, entre otros, los problemas que hemos mencionado.