

Hoy es un gesto habitual en nuestro día a día. Ponemos un poco de pasta a nuestro cepillo y nos cepillamos los dientes después de cada comida. Incluso lo complementamos con colutorios e hilo dental para que el resultado sea inmejorable. Nunca falta en nuestro neceser y en el mercado podemos encontrar infinidad de opciones que escogemos en función de nuestras necesidades.
Pero… ¿cómo era la vida de nuestros antepasados antes de cepillarse los dientes?
Pues bien, egipto blanqueamiento dental que consistía en moler piedra pómez, añadirle vinagre de vino y frotarlo en la superficie de los dientes.
En la Antigua Grecia, se consumía una especie de “chicle”, una sustancia gomosa y comestible proveniente de la resina que se encuentra en la corteza del lentisco, un arbusto típico en Grecia y Turquía.historia odontologiaen cambio, optaban por un por un compuesto con orina humana al cual agregaban vinagre, miel y cristal en polvo.
Y… ¿hasta cuándo se utilizaron estos métodos?
Pues, aunque ahora estos métodos de higiene bucal nos parezcan una locura, lo cierto es que tendrían que pasar muchos años hasta que apareciera en escena el primer cepillo de dientes. Este pequeño objeto que nos resulta tan familiar hoy en día fue inventado en China en el s.XV, concretamente en el año 1498. El invento consistía en un mango, realizado de hueso o bambú al que se le habían cosido cerdas de jabalí siberiano. La ruta de la seda facilitó que los mercaderes trajeran este invento a Europa, pero la dureza de las cerdas hizo que tuviera que ser sustituida por pelaje de cerdo, caballo… ¡y hasta de tejón! Los mangos también sufrieron modificaciones y se empezaron a utilizar de marfil y madera.
Una vez introducido el cepillo de dientes en Europa, alrededor del s. XVI, éste no llegó a sufrir muchos más cambios, pero no tuvo el éxito esperado ya que durante la Edad Media se había implementado un método para limpiar los restos de alimentos en nuestra boca: los palillos. Este utensilio estaba realizado con plumas de gansos o incluso en las clases más alta de metales como el oro y la plata y era habitual reutilizar este palillo… ¡sin haberlo limpiado!
El cepillo con cerdas artificiales no llegaría hasta 1938 cuando, gracias al nailon se pudieron descartar las cerdas de origen animal, que propiciaban la trasmisión de las bacterias y favorecía las infecciones bucales. Utilizando el nailon se podían producir cepillos más resistentes y flexibles y como se secaba en mucho menor tiempo, se evitaba la contaminación por bacterias.
Durante los años 60 apareció el primer cepillo eléctrico y fue una auténtica revolución, muy bien recibida por los gremios dentales. Pero no es hasta la década de los 80 cuando se comercializa por primera vez en la historia el primer cepillo dental eléctrico con un mecanismo de acción rotatoria.
Hoy en día, existe una gran variedad de cepillos dentales manuales y eléctricos en el mercado y podemos clasificarlos según tamaño, grosor de sus cerdas y hasta según la angulación de éstas.
Como veis, la historia del cepillo de dientes alberga un sinfín de curiosidades sobre sus materiales y su uso en la antigüedad. Además, es un objeto que puede presumir que ha estado en la Luna puesto que Neil Armstrong no olvidó incluir a su cepillo de dientes en su neceser para su viaje más especial (¡y espacial!).