

Una vez que se lleva a cabo una endodoncia son muchas las preguntas las que le pueden surgir al paciente. Unas cuestiones que tienen que ver con la reconstrucción del diente. ¿Se perderá la estética de la pieza? ¿El tratamiento posterior será un tratamiento complejo? ¿O quizá doloroso? ¿Cómo debe ser la reconstrucción de una muela tras una endodoncia?
Unas inquietudes que, en la inmensa mayoría de los casos, no tienen razón de ser ya que el proceso posterior a la endodoncia es un proceso sobradamente conocido por los especialistas y repetido en miles de ocasiones. De ahí que el paciente no tenga de qué preocuparse.
El proceso posterior a la endodoncia
Una vez que la endodoncia se ha llevado a cabo de manera satisfactorio, es el turno de la reconstrucción de la pieza dental. Una reconstrucción que dependerá mucho del daño que haya sufrido dicha pieza como consecuencia de la caries. Esto hace que se distingan dos casos: los empastes de menor tamaño, y los empastes de mayor tamaño.
Reconstrucciones moderadas tras una endodoncia
En este caso nos encontramos con un empaste a realizar más bien pequeño. Una operación que se llevará a cabo con un material denominado composite. Este material no es otra que una resina especial que tiene un color muy similar al del diente.
En estas intervenciones las propiedades del composite son más que suficientes. De hecho este quedará perfectamente fijado a la pieza dental tras la actuación de la luz polimerizadora y todo el proceso se podrá llevar a cabo en tan solo una sesión lo que hace que sea muy cómodo para el paciente.
Reconstrucciones de mayor envergadura
No obstante hay casos en los que la reconstrucción tiene que ser mucho más profunda. Unos escenarios en los que el composite no es, en absoluto, la mejor alternativa que tiene el especialista. Esto se debe a que este material no hará otra cosa que debilitar el diente lo que puede favorecer, con el paso del tiempo, la rotura del mismo.
En estos casos los especialistas recurren a otro tipo de materiales tales como resinas especiales o cerámicas. En ambos casos estos materiales se incrustan en la pieza dental con el objetivo de evitar todos los problemas que puede acarrear el composite.
Decir que en estos casos estos materiales, resinas y cerámicas, no se endurecen en el interior de la boca mediantes luces polimerizadas. Este proceso se lleva a cabo en laboratorios especializados. El objetivo no es otro que el de crear una estructura que sea totalmente resistente y que haga que la pieza dental sea mucho más fuerte. Esto hace que el paciente pueda tener una mayor tranquilidad ya que probabilidad de rotura de estos materiales es prácticamente nula.
Sea como fuere, en cualquiera de los casos, hay que tener presente que el proceso está muy bien protocolizado. Esto hace que el paciente no va a padecer ninguna molestia. Todas las implicaciones del tratamiento serán ajenas a él y este solo notará los beneficios de la intervención pudiendo recuperar la calidad de vida que tenía, a nivel dental.